Made in Italy. Again. (III)

Buenas noches!
Hoy os contaré la última parte de las anécdotas de mi estancia en Italia, intentaré explicar al máximo la situación ya que a veces cuando se explican este tipo de cosas, a la gente que no lo ha vivido, se queda igual :D!

En el campo de trabajo pasamos largos ratos jugando a las cartas (Brisca, Burro, Mentiroso…), y en esos ratos fue donde pasaron la gran mayoría de sucesos graciosos del campo, os pongo aquí varios de esos momentos :

Una tarde , mientras estábamos jugando al Mentiroso, un compañero dijo “Ahí van dos ochos” , yo todo confiado dije “Otro más!” , no habría pasado nada, de no ser que en la baraja no habían ochos… De fondo se escucho un “Bazinga!”, fue un FAIL en toda regla xD

Jugando al mismo juego, una compañera dijo convencidísima “A twelve” (el idioma oficial allí era el inglés). El siguiente dijo que aquello era mentira, a lo que levantó la carta , y era un once. Hasta aquí nada anormal, pero entonces la chica que había tirado el 11 dijo que no , que ella había dicho la verdad! Había confundido el 11 con el 12 al decirlo en ingles…

Y esta que viene , para mí, es la más divertida : las cartas con las que jugábamos las había comprado yo en los chinos, mientras jugábamos , al comprobar que el estado de algunas cartas era bastante malo dije “Putos chinos”, en principio no tendría que pasar nada, pero fue entonces cuando Teresa (la chica del 12) me señaló a las dos chicas coreanas diciendo “Tío cállate” no pude aguantarme la risa, estuve como 5 minutos descojonándome, y Teresa conmigo xD

Hubo un día en el que fuimos a subir una pequeña montaña desde la cual se veían unas buenas vistas, ese día pasaron tres cosas dignas de recordar:

Llegando al final de nuestro trayecto , había una fuente natural en la que nos paramos a comer algo, y a beber agua claro. Al cabo de un rato de estar allí llegó un grupo de boy scouts con sus chirucas, sus mochilas, sus tiendas… Y una guitarra! Si, uno de ellos llevaba una guitarra, y como vi que la sacaba y no la usaba le pregunté si podía cogerla un rato, cuando me la prestó empecé a chapurrear las cuatro canciones que se tocar. Eso que al cabo de 5 minutos el hippy-boyscout-roñoso (como lo llamo yo) se acercó amablemente y me dijo “Me puedes devolver la guitarra , tenemos que irnos” (en italiano , claro está), se la devolví sin reparo. Hasta aquí todo bien, pero cuando me giré y vi que estaban acampando detrás nuestra ù.Ú . Un poco mas y estuve a punto de quitarle todos los piojos a base de collejas.
Alguien me puede responder porque hizo eso? (Iluminadme!)

[Inciso: cuando llegamos arriba , el señor que nos guiaba dijo que se acercaba tormenta.]

Ya en el camino de vuelta, llegamos a un prado bastante extenso y… Oh! Sorpresa, una manada de caballos salvajes estaba pastando allí, (una amiga dice que no eran salvajes, pero a mí no me quitará la ilusión!) Los caballos eran realmente bonitos , pero había uno realmente grande, dicho coloquialmente “Un pedazo de caballo de cojones”, y bonito , todo sea dicho, fue entonces cuando teresa dejó una de las frases del campo de trabajo “Quiero un hijo de ese caballo” . Aquí os la dejo, para que opinéis, yo se lo recordaré siempre xD

Los caballos salvajes.

Ya llegando al punto de partida, se desencadenó la tormenta, y lo que era un bonito sendero por la ladera de la montaña, se convirtió en una verdadera cascada. Me acuerdo que nos dio por ir corriendo pro los prados, solo un consejo: si llueve, y entráis en un prado lleno de hierba, no corráis por esta, os caeréis seguro. Y no lo digo por el leñazo que me metí yo, que conste!

Al día siguiente estábamos todos metiendo los aparatos electrónicos en arroz porque no iban como debían, demasiada agua nos cayó encima , fue impresionante.

Y para acabaros dejaré con la frase más épica de todo el campo de trabajo, la dio el Show-Man del campo de trabajo, Anatoli, que después de propinarle una patada giratoria a una roca (una señora roca) dijo :

“Stone can die”

Buenas noches!